lunes, 11 de marzo de 2013

36ª entrega - CELCE Magazine · Nº 70 · Marzo 2013



Para este nuevo comentario, he elegido unas publicaciones editadas en países apreciados por su cercanía europea y de igual raíz latina a la nuestra. Uno me llegó por la rama familiar, que agradezco desde estas líneas, y los otros dos como resultado de la Convención de Primavera celebrada en Lisboa el año pasado.

 
EL HOMBRE DE LA CERVEZA La increíble historia de la más antigua “rubia” de lúpulo italiano, editado por Carta Canta Editore, es un cómodo libro de bolsillo, sin llegar a las cien páginas, donde su autor Umberto Pasqui, periodista y profesor, nos pone en antecedentes de su antepasado Gaetano Pasqui a mediados del siglo XIX; este ingeniero agrónomo, emprendedor, e inventor de diferentes máquinas e instrumentos para desarrollar mejores cultivos, destacó también por sus estudios pioneros en la remolacha y cacahuetes. La zona referida de Forli, es una ciudad sita en la región Emilia-Romaña de la Italia nororiental.



Además de estar editado el libro en su misma comarca de origen, nos hace mención de la fabricación artesanal de cervezas en esa región del Mediterráneo; para su elaboración en lugar de lúpulo solían añadir tomillo o romero. En aquellos años 30 del XIX, la importación de lúpulo alemán tenía un precio prohibitivo. Debido a esta circunstancia, y la curiosidad del ingeniero, descubrió junto a su casa una planta de lúpulo silvestre; se dedicó de lleno a estudiar sus propiedades, y trató de generar su crecimiento en los campos de cultivo que supervisaba en calidad de agrónomo. Gracias a esta singular iniciativa, en 1847 pudo fabricar la cerveza hecha con auténtico lúpulo italiano. Su comercialización en botellas de terracota alcanzó el éxito merecido en 1850, para luego recibir medallas –que figuran en sus etiquetas originales- de la propia provincia de Forli (1856), Florencia (1861) y Londres (1862). Gaetano falleció en 1879, a los setenta y dos años, sin herederos en su iniciativa, aunque dejó una historia bien interesante: el precedente de cultivar lúpulo en Italia, y el enriquecimiento que supuso esta posibilidad para la prosperidad de la industria cervecera de su propio país.
 

RECETAS CON CERVEZA, de M. Margarida Pereira-Müller, lo compré durante nuestra visita a la Sociedade Central de Cervejas e Bebidas, en su factoría de Vialonga, al norte de Lisboa. Los empleados del turno de noche en esta fábrica, reconocida por su marca SAGRES, habían creado una asociación de ayuda a la infancia sin recursos, y durante nuestra Convención de CELCE instalaron una mesa para la venta de diverso material publicitario; o ejemplares como este que les comento editado con el apoyo de dicha sociedad. Su autora, nacida en el Alentejo, es persona viajera, gustosa de conocer las costumbres
culinarias en los países que visita; de regreso a su tierra natal publica libros dedicados a la gastronomía, cinco de los cuales han sido galardonados con los internacionales "Gourmand World Cookbook Awards".
Como viene siendo habitual en este tipo de publicaciones, incluye una breve historia de la cerveza, tipos y marcas de cervezas fabricadas en Portugal, incluida Madeira. Evidente la parte más extensa en su literatura se dedica a las recetas: sopas y entrantes, platos de pescado o marisco, carne, legumbres, dulces y pasteles, combinados con licores; o la curiosidad de catorce panes distintos donde la cerveza es ingrediente principal de la masa.

Por último, Receitas com Cerveja un detalle con que fuimos obsequiados por SAGRES, a modo de sencilla libreta. Son casi cincuenta páginas editadas a todo color, cuyas recetas se reparten en seis apartados: salados, mariscos, peces, aves, carnes y dulces. Por supuesto, y conociendo, o mejor dicho, apreciando la tradición pescadora de nuestro país hermano, merece una mención especial sus recetas de cerveza con almejas, ostras, camarones, o su acreditado “bacalhau”. Para esta última especialidad, me detengo en su receta de bacalao en puré de cerveza; siendo la bebida rubia empleada para hacer un cremoso rebozo con el cual freír tan sabroso pescado.

Y antes del punto final, también mi gratitud para Carlos Martins, São y Miguel, delegado del Club CELCE en Portugal, quien junto con su esposa e hijo, fueron nuestros anfitriones en la capital lisboeta. Compartimos con ellos mesa y mantel, una noche primaveral, a orillas del Tajo: más la posibilidad que nos brindaron en su auto, para descubrir una Lisboa nocturna, melancólica y señorial.
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