miércoles, 11 de marzo de 2015

44ª entrega - CELCE Magazine · Nº 78 · Marzo 2015

***
Cerveza INDIO, 120 años celebrando la diversidad de México se titula un libro que recibimos desde México, y el cual merece esta entrega monográfica. Tanto para corresponder con el detalle que han dedicado a nuestra sección, como por su interesante contenido. Deseo comentar el mismo, con el máximo detalle, toda vez que a los brewerianos de etiquetas les puede interesar; no obstante, ya están en la Red intercambiándose las mismas.
 
 El volumen ha sido editado por la revista Marvin, y son más de 190 páginas donde se explica un motivo bien curioso: celebrar los 120 años de la marca INDIO, desde que la cervecería Cuauhtémoc empezó a producir dicha cerveza. Si bien al principio, en 1893, el nombre de la sociedad era la propia razón comercial, el público la pedía como: “cerveza del indio” pues en sus etiquetas figuraba el último Emperador azteca Cuauthémoc. A partir de 1905 cambia su nombre por la actual Cerveza Indio, que produce el grupo cervecero Cuauhtémoc Moctezuma, S.A., integrado actualmente en la firma mundial de cervezas Heineken.

El origen de esta publicación, además de la susodicha celebración, viene a ser una demostración por el resultado del concurso que se convocó en el año 2013. Se publicó en diversos medios repartidos por los Estados Unidos Mexicanos, y la respuesta de concursantes fue masiva; se requería en los diseños de 120 etiquetas que las mismas dejaran constancia de las subculturas, pues no en balde a lo largo de los años éstas dejaron su huella, y cambiaron los rasgos mexicanos en diferentes aspectos sociales: moda, música, arte y diseño. Es decir, la cervecería original del siglo XIX se siente joven, y quiere estar muy cerca de la dichosa juventud. Felicitaciones.

 
 No cabe duda que es una atractiva edición, en tamaño cuadrado de 22x22 cm. El  índice hace de hilo conductor hacia el prólogo, con setenta y seis apartados en los cuales se publican las etiquetas ganadoras; a éstas le serían añadidos los textos y logo oficial que se proponía la cervecera en un “lienzo blanco” sobre el cual los diseñadores deberían aportar sus ideas creativas. Para utilizar las etiquetas ganadoras, se había previsto imprimir las necesarias para una producción de 100 millones de botellas, que se distribuyeron por el mercado entre los meses de agosto y diciembre de 2013. Según nos adentramos entre sus páginas, y utilizando unas secciones fijas, estandarizadas, en cada una de ellas se dedica un breve texto a un estilo, por ejemplo: rockero, con foto de personajes practicantes en dicha tendencia, un instrumento, añadiendo también un momento histórico –que puede remontarse a los años 80-, uno o dos modelos de etiquetas ganadoras, con el nombre y apellidos de sus autores (más su lugar de residencia) y una columna dedicada con nombre y apellidos; elijo la dedicada a Julio Chávez López, quien además de ser el responsable del levantamiento de Chalco, fue uno de los personajes prerrevolucionarios más importantes.
 

Como bien indicaban las bases del concurso, en todos los diseños debía aparecer el Emperador Cuauhtémoc, y de verdad que los diseñadores así lo respetaron. Pero tratando de reflejar la diversidad de culturas que han calado en el pueblo mexicano, dicha primera autoridad azteca puede aparecer con auriculares o luciendo zapatillas de playa; o rodeado de símbolos hippies, metaleros, góticos, punks, graffiteros, pop, anarquistas, pacifistas, psicodélicos, movimiento del 68, break dancers, bloggers, zapatistas, gansters, chicanos, etcétera. Ahora bien, desde este otro lado del charco, cuando menos, cabe alabar que todos, todos, todos los diseñadores que superaron la prueban, tienen en su mayoría un sentimiento orgulloso por su gran país. Los colores, según tonos y modelos que yo he podido apreciar en el Museo Nacional de Arqueología, en la capital azteca; dibujos según veo en la etiquetas, que me recuerdan mucho a los observados en cinco yacimientos arqueológicos recorridos merced un viaje familiar por México. Hay etiquetas que son auténticas filigranas, propias de los tiempos precolombinos, y conforme he llegado a observar personalmente allí se aprecian y las reconocen en lo más íntimo de su ser.

 

Adjunto algunas muestras de las etiquetas ganadoras, publicadas en este libro a tamaño 11x11 cm., según los temas presentados a concurso. Y también incluyo alguna de las mismas, pero ya con los textos legales como es norma de obligado cumplimiento por toda cervecera que se precie; más la observancia de las correspondientes normativas oficiales propias de cada país. Les puedo asegurar que he disfrutado mucho con este análisis. Hacerlo más extenso, nos llevaría a editar un número de esta revista casi al completo; sinceramente el tema lo merece, y la mimada edición de este libro también.
 

En las últimas páginas se incluye, con el buen gusto de la brevedad textual con que se ha editado el libro, la historia de la Cerveza e Indio; es decir, con la llegada de los españoles, y la autorización de Carlos V para fabricar la cerveza en México –su transporte desde la península la convertía en un brebaje difícil de gustar- más las complicaciones que hubieron de superar con el tiempo para conseguir cultivar lúpulo en aquel gran país.
 

A modo de conclusión, en sus últimas páginas, se explica cómo surgió llevar adelante la “Campaña de los 120 años”: Siempre nos ha gustado pensar que México es un país incluyente y tolerante con todo el poliedro socio cultural que le conforma, una amalgama de idiosincrasias, usos y costumbres que se revelan tan diferentes entre frontera y frontera y que, no obstante, son manifestación de un país joven y vibrante. Finalmente, son los productores, directores, actores, quienes extractan esos 120 años en música e imágenes, resumidas en dos artes para cuatro perspectivas de la diversidad: Desde ámbitos muy distintos y con perspectivas completamente subjetivas, se crearon piezas artísticas cuyo valor simbólico sintetiza el espíritu de la campaña celebrando la diversidad de México.

En resumen muy buena iniciativa comercial, y por la cual felicitamos desde esta orilla a sus promotores. Convendría tomar nota de estos detalles, pues las etiquetas ya se están revalorizando en los foros de Internet. Enhorabuena.