Así de sencillo, así de hermoso, por su calidad, por sus
dimensiones, es el título
del último libro diseñado por
Santos Vicente. De profesión fotógrafo bien
conocido
a orillas del río Águeda, dada su predilección por
los espacios
naturales con que suele ilustrar sus
obras gráficas, nos muestra en su última
obra una
recopilación de imágenes dedicadas a la monumentalidad
mirobrigense.
Para
la portada el autor ha escogido una panorámica
espectacular, que rima con
monumental, como de hecho
es en realidad: el Águeda a su paso ante las murallas
de
la ciudad que es dos veces ciudad. El libro tiene una
dimensiones de 32 x 28
cm con lo cual se entiende su
contenido panorámico. Son cien páginas de curioso
diseño, pues al abrir cada una de éstas el lector se
encuentra con una foto
escogida y a su izquierda un texto,
donde he tenido el honor de colaborar.
donde he tenido el honor de colaborar.
Evidentemente todo ha sido posible porque las fotos de
Santos Vicente son así de
inspiradoras. Entiendo que
el buen autor ha de transmitir algo con sus
trabajos, y desde
la imagen más todavía. Conozco a Santos de hace muchos
años,
sabiendo que siempre va con alguna idea en la mente
y nunca las manos ociosas; en cualquier momento puede
surgir ante él un rayo de luz, un amanecer, un atardecer,
que ofrezca al autor esos
instantes, unos segundos,
que se han de captar de inmediato o perderlos para
siempre.
Así
nos ofrece una selección bien buena del Ciudad Rodrigo
que, por imposible que
parezca, podemos entenderlo habitual
pues están ahí siempre, pero no desde tan
particular visión digital.
Y ahí pienso yo está la riqueza de este artista:
Ciudad Rodrigo en
su horizonte, el de Santos, cuando viene el sol por la Sierra
o
cuando se va camino de Portugal; monumentos eclesiásticos,
palaciegos,
militares, municipales, particulares… pues todo en la
realidad y en sus fotos tan
bien hechas tiene un punto original
de resaltada monumentalidad.
como estamos habituados
a convivir entre tanta obra de arte
civil, ofrecida en público, donde por
fortuna la conservación
pública o privada intenta mantener en pie una gloria de
tiempos
pasados, no solemos detenernos ante tales maravillas por estar
precisamente ahí. Las tenemos tan a mano, todos los días, que ni
nos volvemos a
mirarlas o ejercer algún tipo de pensamiento y
comentar para nuestros adentros.
Al menos Santos tiene la
intuición de que algún día no estaremos aquí, porque
así es de
débil nuestra naturaleza, pero por lo menos él dejará su particular
visión de las cosas, de los monumentos que tantas veces ha visto,
donde siempre
les encuentra un punto en su mirada tan particular.
El
libro contiene, entre sus primeras páginas, una breve biografía
de Santos Vicente y de este comentarista que les escribe. Luego,
según vamos pasando las hojas, se nos abre ante nuestros ojos un
desfile de paisajes que el autor ha captado para siempre. Además
de la calidad de sus fotos, está el lujo del papel o cartulina elegida,
fuerte, consistente, para dar más realce -si cabe- a cada una de sus fotos.
de Santos Vicente y de este comentarista que les escribe. Luego,
según vamos pasando las hojas, se nos abre ante nuestros ojos un
desfile de paisajes que el autor ha captado para siempre. Además
de la calidad de sus fotos, está el lujo del papel o cartulina elegida,
fuerte, consistente, para dar más realce -si cabe- a cada una de sus fotos.
que rozan
una poesía informal, sin ritmo ni métrica, son en total 32 fotos.
Más las
publicadas sin comentario, 17 panorámicas que hablan por sí
solas. Y teniendo
en cuenta la original portada, son 40 fotos muy buenas.
Además conviene
considerar que se ha realizado una edición muy
limitada, con posibilidades de
ampliar si hubiera demanda, pero por
las proporciones y la calidad con que el
autor ha presentado este nuevo
trabajo se entiende un precio elevado, propio de
coleccionistas privados.
El total de las 100 páginas, entre comentarios y las imágenes captadas
El total de las 100 páginas, entre comentarios y las imágenes captadas
por Santos
Vicente, se entienden como una obra fuera de catálogo.
Es decir, puede considerarse como una obra no venal, que no se
vende. Pero no será porque su autor no quiera, pues como profesional
le puede resultar incluso interesante, más desde el punto artístico que
desde el crematístico. No todo se trata de economía, y menos en los tiempos
actuales que estamos viviendo. Tal vez si esta particular edición saltara
fuera de los contornos del campo charro, se pudiera captar cierto interés
por nuestros propios monumentos.
Es decir, puede considerarse como una obra no venal, que no se
vende. Pero no será porque su autor no quiera, pues como profesional
le puede resultar incluso interesante, más desde el punto artístico que
desde el crematístico. No todo se trata de economía, y menos en los tiempos
actuales que estamos viviendo. Tal vez si esta particular edición saltara
fuera de los contornos del campo charro, se pudiera captar cierto interés
por nuestros propios monumentos.
Nos falta un cierto punto de castellanía, desde el cual apoyar
todo el movimiento
que pudiera surgir para difundir y apreciar mucho
más los nuestro, lo propio,
lo autóctono de este viejo rincón rayano.
Ciudad Rodrigo es desde siempre una
fuente inspiradora de
recursos artísticos; sus calle históricas han servido de
naturales
decorados para el rodaje de películas, sus plaza y rúas se convierten
en verano en escenarios abiertos para dar rienda suelta a la
teatralidad de
jóvenes o maduros autores que buscan consolidarse
en el arte de Talía.
Concursos de pintura, de fotografía, competiciones
deportivas, ecuestres,
ferias ganaderas y tantas cooperaciones más
que abundan en promocionar el
comercio, la agricultura…
Pero
luego, llegan los días más largos y veo a la vieja Miróbriga sola,
muy sola,
como mujer amada en sus buenos tiempos, pero hoy
desasistida. Es entonces
cuando conviene volver a abrir las páginas
de VIBRANTE MIRÓBRIGA, recién creado
por Santos Vicente, y
consolarnos porque ha sabido conjugar su oficio de
fotógrafo y
notario monumental.
Como
parte interesada, no lo disimulo, porque no puedo ser
imparcial dada la amistad
de años que venimos manteniendo,
mi felicitación y enhorabuena.
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