martes, 27 de noviembre de 2018

MAHOU viste de VIII Centenario en la USAL a sus botellas.

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 (Foto: Martín Alonso Liñán)


Me enteré de esta promoción por el profesor Luis Javier Calvo Angulo, que es además 
secretario del Club Español de Coleccionismo Cervecero (CELCE), quien me avisó de la 
colaboración entre la cervecera madrileña, los hosteleros salmantinos y la Universidad de 
Salamanca. Una iniciativa interesante y muy atractiva también para los coleccionistas 
españoles de motivos cerveceros, según explico más adelante a nuestros lectores.

Con tal de documentarme he indagado por la prensa salmantina, desde el mes de febrero 
del presente año 2018. Evidentemente la marca Mahou es conocida por toda España y 
quiso sumarse a los actos conmemorativos del 800º Aniversario. Para este fin se ideó un 
certamen y se dio a conocer en especial a los alumnos de Bellas Artes para que éstos 
ofrecieran su particular visión del centenario en un singular soporte: una botella especial 
para “Mahou Cinco Estrellas”. Esta iniciativa se encuadra en la política de la patrocinadora, 
con tal de dar respaldo a iniciativas socioculturales que puedan suponer, además, un 
 avance al talento juvenil estudiantil.

Las bases se desarrollaron en un Website titulado: “El Sabor de las Ideas” que estuvo 
admitiendo sugerencias hasta el 25 de febrero pasado. El boceto vencedor serviría para 
vestir, con el moderno sistema del vinilo, una botella de cerveza, en un limitado número de 
cajas envasadas con cerveza Mahou, exclusivo para la capital de Salamanca, a 
comercializar en sus establecimientos hosteleros hasta el fin de existencias. Se incluiría en 
las botellas la firma del autor, y recibiría además una ayuda económica por su formación 
académica más el suministro de cerveza, gratis, durante un año.

 














 (Foto: Website MAHOU)


Una vez concluido el plazo de entrega, se procedió al fallo del concurso siendo éste 
presentado a mediados del mes de noviembre resultando ganadora Zoa Monzón 
Hernández, estudiante de tercer curso en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de 
Salamanca (USAL). El premio le fue entregado por el vicerrector de Política Académica y 
Participación Social, el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de 
Salamanca, y el jefe de Ventas de Mahou. Todos ellos valoraron el diseño de la etiqueta 
elegida, dada la originalidad de su geometrismo y un protagonismo en conjunto que la 
autora ha resaltado teniendo en cuenta dos motivos icónicos en la universidad salmantina: 
su rica fachada plateresca y el detalle de la famosa rana posada sobre una calavera.

Según palabras de la propia autora, se animó a presentarse gracias a un profesor que vio 
en el certamen una magnífica oportunidad para estimular la formación artística de su 
alumnado universitario. Explicó a EFE: “Nos planteo que hiciéramos propuestas que se 
ajustaran a los requisitos, y una vez terminadas cada uno de nosotros debíamos valorar si 
las presentábamos”. El diseño aceptado es el primero de los creados por la citada autora, 
de 21 años de edad, y residente en Salamanca desde que decidiera trasladarse desde Las 
Palmas para estudiar a orillas del Tormes. En sus sencillos trazos sumó el color de marca 
que ostenta Mahou como imagen corporativa. Si a ella ganar este concurso le ha resultado 
una agradable sorpresa, más aún lo ha sido ver cómo se ha recibido su etiqueta, muy 
compartida por las redes sociales y elevándose a modo de preciado objeto de 
coleccionismo en España o en el extranjero. Nada más se han envasado 2.000 cajas, a 24 
botellas de tercio cada una.



 (Foto: Website Mahou)

Dicho esto también he de agradecer a Martín Alonso Liñán, socio como yo del citado Club 
CELCE, quien me ha suministrado una fotografías de su botella; no en balde es de uno de 
los mayores coleccionistas especializado en la propia marca Mahou, y me las ha enviado 
con un lujo de detalles para completar este comentario. En muchos casos, y en especial de 
 fábricas de cerveza ya desaparecidas, son estos coleccionistas cerveceros quienes más 
disponen de documentos, materiales de envasado, de publicidad, etc. Hago excepción en 
la sociedad mercantil que forma el grupo Mahou San Miguel, pues de la fábrica madrileña 
su más antiguo archivo documental se encuentra en la Biblioteca y Archivo General 
“Joaquín Leguina” de la Comunidad de Madrid; por parte de la fábrica que llegó de Filipinas 
a Lérida, San Miguel vino a España con un sistema de archivo americano en su condición 
de empresa cervecera. Entre ambas marcas creo suman el mayor archivo empresarial en 
las cerveceras españolas, porque disponen de presupuesto, material y personal para su 
gestión o custodia.

He estudiado con detenimiento las fotos recibidas, porque una botella en vidrio la tengo 
reservada en casa de mi amigo José Alberto García Domínguez, residente en Salamanca y 
natural de Ciudad Rodrigo; también mediante estas líneas le agradezco su eficaz gestión 
desde que le pasé esta noticia. Y quienes hayan conseguido una de estas escasas botellas 
de tercio Mahou, verán plasmado en su vinilo los detalles enriquecedores que ha unido su 
autora como alumna de Bellas Artes: unos sencillos motivos lineales dibujan con elegancia 
y buen gusto el contorno principal, monumental de la Universidad de Salamanca, incluida la 
estatua de Fray Luis de León, en el Patio de las Escuelas, más el repujado timbre o sello 
que acredita la institución universitaria con su lema en latín: “Sigilum Universitatis Studii 
Salamantini”.






















 (Foto: DGRATIS)


Junto a la marca corporativa “M” de Mahou y sus cinco estrellas, la autora del diseño a 
elevado de categoría a esta etiqueta incluyendo la célebre calavera tallada en la misma 
piedra de toda la fachada plateresca universitaria, más el detalle de esa rana que todo 
visitante busca en virtud de las diferentes leyendas que existen sobre la misma: marca del 
cantero, advertencia de nuestra fugacidad terrenal, signo de la apocalipsis, etc., etc. Y de la 
cual, su antiguo rector, don Miguel de Unamuno solía comentar: “No es lo malo que vean la 
rana, sino que no vean más que la rana”. Hago esta mención porque la autora del diseño le 
ha tenido también en cuenta para este diseño, a Unamuno, por su maestría en 
confeccionar figuras geométricas en papiroflexia, incluida la famosa rana.

Salpicando el fondo oscuro de la etiqueta cervecera, intuyo que la autora ha diseñado una 
conjunción de astros celestiales, como si quisiera citar igualmente el “Cielo de Salamanca”, 
de Fernando Gallego, siglos XV a siglo XVI ubicado en las cercanas Escuelas Menores, del 
propio recinto universitario que se ha tenido en cuenta para tan moderna decoración. Sobre 
todo el conjunto aquí citado, el cuello de la botella en blanco donde destacan el escudo 
conmemorativo de Salamanca 800 años de su Universidad, y el nombre de la cervecera 
junto a sus acreditadas cinco estrellas de calidad.
 
Y por supuesto todos los textos legales, a que obliga nuestra Ley de Consumo, respecto a 
indicar se trata de una cerveza especial, sus ingredientes, el valor energético proporcional a 
su contenido, la fecha de “Consumir preferentemente antes del fin de: 11/2019”, el domicilio 
social de la empresa, su Website, contenido, el grado de Alc. 5,5º % vol. Un teléfono de 
atención al consumidor, más los símbolos obligatorios del material reciclable, protección del 
medio ambiente y la advertencia de su venta a mayores de 18 años.

Nos felicitamos pues como coleccionistas, y mi más cordial enhorabuena tanto a la joven 
autora como a todas las entidades que intervinieron en esta curiosa iniciativa. Algo muy 
positivo por el apoyo empresarial a la vida académica en España. ¡Salud!.

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