(Foto: Martín Alonso Liñán)
Me enteré de esta promoción por el profesor Luis Javier Calvo Angulo, que es además
secretario del Club Español de Coleccionismo
Cervecero (CELCE), quien me avisó de la
colaboración entre la
cervecera madrileña, los hosteleros salmantinos y la Universidad de
Salamanca. Una iniciativa interesante y muy atractiva también para
los coleccionistas
españoles de motivos cerveceros, según
explico más adelante a nuestros lectores.
Con
tal de documentarme he indagado
por la prensa salmantina, desde
el mes de febrero
del presente
año 2018. Evidentemente la marca Mahou es conocida por toda España
y
quiso sumarse a los actos conmemorativos del 800º
Aniversario. Para este fin se ideó un
certamen y se dio a conocer
en especial a los alumnos de Bellas Artes para que éstos
ofrecieran
su particular visión del centenario en un singular soporte: una
botella especial
para “Mahou Cinco Estrellas”. Esta
iniciativa se encuadra en la política de la patrocinadora,
con tal
de dar respaldo a iniciativas socioculturales que puedan suponer,
además, un
avance
al talento juvenil estudiantil.
Las
bases se desarrollaron en un Website
titulado: “El Sabor de las Ideas” que estuvo
admitiendo
sugerencias hasta el 25 de febrero pasado. El boceto vencedor
serviría para
vestir, con el moderno sistema del vinilo, una botella
de cerveza, en
un limitado número de
cajas envasadas con cerveza Mahou, exclusivo
para la capital de Salamanca, a
comercializar en sus
establecimientos hosteleros hasta el fin de existencias. Se incluiría
en
las botellas la firma del autor,
y recibiría además una ayuda económica por su formación
Una
vez concluido el plazo de entrega, se procedió al fallo del concurso
siendo éste
presentado a mediados del mes de noviembre resultando
ganadora Zoa Monzón
Hernández, estudiante de tercer curso en la
Facultad de Bellas Artes de la Universidad de
Salamanca (USAL). El
premio le fue entregado por el vicerrector de Política Académica y
Participación Social, el presidente de la Asociación de Empresarios
de Hostelería de
Salamanca, y el jefe de Ventas de Mahou. Todos
ellos valoraron el diseño de la etiqueta
elegida, dada la
originalidad de su geometrismo y un protagonismo en conjunto que la
autora ha resaltado teniendo en cuenta dos motivos icónicos en la
universidad salmantina:
su rica fachada plateresca y el detalle de la
famosa rana posada sobre una calavera.
Según
palabras de la propia autora, se animó a presentarse gracias a un
profesor que vio
en el certamen una magnífica oportunidad para
estimular la formación artística de su
alumnado universitario.
Explicó a EFE: “Nos planteo que hiciéramos propuestas que se
ajustaran a los requisitos, y una vez terminadas cada uno de nosotros
debíamos valorar si
las presentábamos”. El diseño aceptado es el
primero de los creados por la citada autora,
de 21 años de edad, y
residente en Salamanca desde que decidiera trasladarse desde Las
Palmas para estudiar a orillas del Tormes. En sus sencillos trazos
sumó el color de marca
que ostenta Mahou como imagen corporativa.
Si a ella ganar este concurso le ha resultado
una agradable sorpresa,
más aún lo ha sido ver cómo se ha recibido su etiqueta, muy
compartida por las redes sociales y elevándose a modo de preciado
objeto de
coleccionismo en España o en el extranjero. Nada
más se han envasado 2.000 cajas, a 24
botellas de tercio cada una.
(Foto: Website Mahou)
Dicho esto también he de agradecer a Martín Alonso Liñán, socio como yo del citado Club
(Foto: Website Mahou)
Dicho esto también he de agradecer a Martín Alonso Liñán, socio como yo del citado Club
CELCE, quien me ha suministrado una fotografías de
su botella; no en balde es de uno de
los mayores coleccionistas
especializado en la propia marca Mahou, y me las ha enviado
con un
lujo de detalles para completar este comentario. En muchos casos, y
en especial de
fábricas
de cerveza ya desaparecidas, son estos
coleccionistas cerveceros quienes más
disponen de documentos,
materiales de envasado, de publicidad, etc. Hago excepción en
la
sociedad mercantil que forma el grupo Mahou San Miguel, pues de la
fábrica madrileña
su más antiguo archivo documental se encuentra
en la Biblioteca y Archivo General
“Joaquín Leguina” de la
Comunidad de Madrid; por parte de la fábrica que llegó de
Filipinas
a Lérida, San Miguel vino a España con un sistema de
archivo americano en su condición
de empresa cervecera. Entre ambas
marcas creo suman el mayor archivo empresarial en
las cerveceras españolas, porque disponen de presupuesto, material y
personal para su
gestión o custodia.
He
estudiado con detenimiento las fotos recibidas, porque
una
botella en vidrio la tengo
reservada en casa de mi amigo José
Alberto García Domínguez, residente en Salamanca y
natural de
Ciudad Rodrigo; también mediante estas líneas le agradezco su
eficaz gestión
desde que le pasé esta noticia. Y quienes hayan
conseguido una de estas escasas botellas
de tercio Mahou, verán
plasmado en su vinilo los detalles enriquecedores que ha unido su
autora como alumna de Bellas Artes: unos sencillos motivos lineales
dibujan con elegancia
y buen gusto el contorno principal, monumental de la Universidad de
Salamanca, incluida la
estatua de Fray Luis de León, en el Patio de
las Escuelas, más el repujado timbre o sello
que acredita la
institución universitaria con su lema en latín: “Sigilum
Universitatis Studii
(Foto: DGRATIS)
Junto
a la marca corporativa “M” de Mahou y sus cinco estrellas, la
autora del diseño a
elevado de categoría a esta etiqueta incluyendo
la célebre calavera tallada en la misma
piedra de toda la fachada
plateresca universitaria, más el detalle de esa rana que todo
visitante busca en virtud de las diferentes leyendas que existen
sobre la misma: marca del
cantero, advertencia de nuestra fugacidad
terrenal, signo de la apocalipsis, etc., etc. Y de la
cual, su
antiguo rector, don Miguel de Unamuno solía comentar: “No es lo
malo que vean la
rana, sino que no vean más que la rana”. Hago
esta mención porque la autora del diseño le
ha tenido también en
cuenta para este diseño, a Unamuno, por su maestría en
confeccionar
figuras geométricas en papiroflexia, incluida la famosa rana.
Salpicando
el fondo oscuro de la etiqueta cervecera, intuyo que la autora ha
diseñado
una
conjunción de astros celestiales, como si quisiera citar
igualmente el “Cielo de Salamanca”,
de Fernando Gallego, siglos
XV a siglo XVI ubicado en las cercanas Escuelas Menores, del
propio
recinto universitario que se ha tenido en cuenta para tan moderna
decoración. Sobre
todo el conjunto aquí citado, el cuello de la
botella en blanco donde destacan el escudo
conmemorativo de Salamanca
800 años de su Universidad, y el nombre de la cervecera
junto a sus
acreditadas cinco estrellas de calidad.
Y
por supuesto todos los textos legales, a que obliga nuestra Ley de
Consumo, respecto a
indicar se trata de una cerveza especial, sus
ingredientes, el valor energético proporcional a
su contenido, la
fecha de “Consumir preferentemente antes del fin de: 11/2019”, el
domicilio
social de la empresa, su Website, contenido, el grado de
Alc. 5,5º % vol. Un teléfono de
atención al consumidor, más los
símbolos obligatorios del material reciclable, protección del
medio
ambiente y la advertencia de su venta a mayores de 18 años.
Nos
felicitamos pues como coleccionistas, y mi más cordial enhorabuena
tanto a la joven
autora como a todas las entidades que intervinieron
en esta curiosa iniciativa. Algo muy
positivo por el apoyo
empresarial a la vida académica en España. ¡Salud!.
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