sábado, 20 de marzo de 2021

Cultura Cervecera: Francisco José Gallegos Vegas.

 


Alhambra”, breweriana y andaluza.

Para la presente ocasión, traigo a nuestros lectores una persona con quien entré en contacto 
por la red social de Facebook. Coincide en ser socio como yo del Club Español de 
Coleccionismo Cervecero, y también disfruta de amistad con Ana Sánchez, periodista y 
directora de la revista Alhóndiga publicada cada dos meses desde Granada.

Mi entrevistado nació en Granada, en el propio Albaycín, a mediados de los años 60. Reside 
igualmente en la antigua plaza creada por los monarcas musulmanes que gobernaron el reino 
Nazarí. Desde este rincón de Andalucía, que es tierra de luz y poesía, Francisco intercambia 
detalles coleccionables de una marca cervecera muy identificada con su tierra: ALHAMBRA, 
fundada en 1925 y hoy día bajo su marca matriz fabrica diferentes tipos como: Especial, 
Lager Especial, Reserva 1925, Reserva Roja, Negra y Sin . La culta e interesante actividad 
de mi interlocutor, le llevó a formar parte de CELCE, iniciales del Club antes citado, 
porque estima es una asociación con solera y prestigio dentro del coleccionismo cervecero.

Su pasión por el coleccionismo, como entre tantos chavales que fuimos, sin saber que 
estábamos fomentando el culto al orden, la clasificación, memorizando tantos detalles 
curiosos, empezó en él siendo niño. Su comienzo fue con la filatelia, y hoy sigue siendo un 
apasionado por el universo del sello relacionado también con el mundo cervecero. Un 
sentimiento que ha seguido manteniendo, mientras que su vida laboral la ha venido 
desarrollando por grandes obras públicas. Actualmente en edad semijubilar, y casado más de 
treinta años. En su estabilidad familiar, fue viendo el potencial del coleccionismo “breweriano”, 
anglicismo éste aceptado en todo el mundo para referirnos a la moda de reunir, conservar
y mostrar todo tipo de objetos cerveceros.

Además, asumiendo cuanto ha supuesto la micro informática para clasificar sus
colecciones, el contacto con otros coleccionistas, y la circunstancia para comunicarse unos 
con otros, por todos los rincones del planeta, se defiende en estos temas como “un gato 
panza arriba” según me cita. No le falta razón, pues a este propio comentarista tanta 
comunicación, a veces, ocasiona una cierta incomunicación social.


Me dice además del esfuerzo físico que supone llevar adelante una afición como la suya, 
pues también se requiere una buena disposición monetaria, con el agravante de que si por 
coleccionismo es total, y más si tenemos en cuenta sus inicios desde los tiempos de las 
chapas de cervezas que ahora citamos “tapón corona”. Sonríe cuando me comenta cómo, al 
tiempo de crecer su propia familia, su particular colección breweriana no paraba de
 aumentar. Y exponencialmente, añade, la cerveza también crece como bebida consumida
las venas corre sangre coleccionista, no hay diálisis que la limpie. Su pasión por el 
mundialmente.

Otra de sus pasiones, relacionada con el sentimiento de coleccionista, ha sido visitar los 
mercadillos. En ellos conoce gente curiosa y enriquecedora para sus diferentes colecciones. 
Le pregunto si se puede cifrar en un número total sus piezas, y me comenta no le es posible 
ahora mismo; sólo sabe que no se ha puesto en plan contable, pero eso sí, en un local 
disponible expresamente para sus colecciones cada vez hay menos espacio libre. 
Complicación lógica y bien llevada, pues siempre ha preferido el cambio a la compra de 
material propiamente dicha. Evidentemente, el mal endémico de un coleccionista es siempre 
el espacio.

En los temas de intercambio, entre socios de CELCE u otros coleccionistas repartidos por 
España o en otros países extranjeros, le pregunto si ha complicado sus permutas o canjes el 
alto precio alcanzado recientemente por las tarifas postales. Tema que no estima, pues 
además hay sistemas más competitivos en la referente a la paquetería. Más valioso le resulta 
el tiempo que dedica a sus materiales, donde él mismo confirma se ha de ser más ordenado.













Le pido un consejo, para nuestros posibles lectores que sean coleccionistas también: “Mi 
consejo es no querer abarcar mucho en el coleccionismo breweriano. Te puedes ver 
desbordado. Hay que limitar los campos con un material específico o a una marca en 
especial. Se puede caer en la locura de Diógenes”. Me confirma siempre hay un material
 repetido o sobrante; él mismo tiene mucho cristal que le ocupa un espacio vital.

También le pido su opinión, respecto a si debería haber algún museo a nivel estatal, con 
material e historia de nuestra industria cervecera: “Creo que sería interesante, ya que 
tenemos marcas emblemáticas y de gran calado sentimental entre las gentes de nuestro 
país”.

Para terminar le pido un saludo, unas palabras de despedida: “Desde Granada, ciudad que 
me vio nacer, envío un brindis a todos los amantes de la cerveza en sus diferentes versiones 
coleccionables, y les digo que tras la tormenta de este virus infame convertido en pandemia, 
vendrá la calma que espero sea regada con buenas cerveza”.

Le agradezco mucho la deferencia que ha tenido con este comentarista para realizar, de
forma telemática debido a nuestros respectivos confinamientos, esta grata entrevista. Y nos 
dedica un deseo final: “Nos vemos en las ferias entre coleccionistas, y si no en el próximo 
GRANADA BEER FESTIVAL que nos dejen celebrar cuanto antes”.

Queda dicho. ¡Cervesaludos!

(Granada-Madrid, 20 de Marzo 2021)