El gran número de visitantes sigue siendo una constante en el último sábado de la Feria del Libro de
Madrid. Foto: Sergio Cadierno.
Varios son los homenajes que han tenido lugar en la presente edición de la Feria
el Libro de Madrid. Esta mañana ha sido recordada Ana María Matute, una de las
figuras literarias más vinculadas a este evento. En el quinto aniversario de su
muerte su recuerdo ha logrado reunir en el Pabellón Bankia de Actividades
Culturales a intelectuales expertos en su obra, a sus editores y a un nutrido
grupo de amigos y seguidores.
Todos ellos han coincidido en la opinión de que la obra de Matute es
inclasificable, que ninguna etiqueta la define en toda su integridad. “Es una
escritora de posguerra y feminista, pero también una de las que inauguró el
género fantástico con Olvidado rey Gudú”, afirmaba Emili Rosales, editor del
sello Destino. Inclasificable fue también como persona, apuntaba Mari Paz
Ortuño, amiga y gran especialista en la obra de Ana María Matute: “Era una
persona de muchos contrastes, siempre te sorprendía con algo esta escritora
tocada por la gracia, que vivió defendiendo a los desheredados y en contra de la
injusticia”. Para Juana Salabert, escritora y gran admiradora de la autora
ganadora en 2010 del galardón más prestigioso de la lengua castellana —el
Premio Cervantes—, “pocas veces amamos tanto a un autor como a sus textos.
Era imposible acercarse a ella y no quererla de inmediato”, añadió invadida por
la emoción. “Haberla querido ha sido uno de los mayores regalos de la vida”,
confesó.
El acto ha finalizado con la recomendación de alguna de sus obras por parte de
todos los ponentes moderados por Ana Gavín, directora de relaciones editoriales
del Grupo Planeta, quien también tuvo palabras de reconocimiento para Carmen
Balcells, su agente.