domingo, 11 de marzo de 2012

32ª entrega - CELCE Magazine Nº 66 Marzo 2012

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Me confirman que siga en esta sección, y para muestra recibo de otra amable lectora un par de libros a comentar en esta nueva oportunidad. Vaya desde aquí mi gratitud, pues de verdad me han resultado curiosos; si con el primero he tenido ocasión de reírme con ganas, en el segundo he visto detalles curiosos para comentar a nuestros lectores.

Cerveza, pensamientos, palabras y recetas, viene del título original: Birra, pensieri, parole e ricette, con lo cual el lector puede entrar en antecedentes. Si bien este cómodo libro está impreso en Italia, el © de esta edición es de la madrileña Desiderata Books, S.L., dentro del apartado sabores. Su adecuado tamaño de bolsillo, con casi trescientas páginas –muy bien ilustradas- lo hace atractivo de aportar a cualquier reunión entre amistades, y comentar su contenido. Después de una breve introducción, desarrollando toda una serie de interesantes recetas, merece una mención especial la atractiva recopilación que se ha realizado con “pensamientos y palabras” donde un sentido filosófico y humorístico tiene por principal protagonista a la cerveza.

En lo culinario, se relacionan cincuenta recetas. Siendo su origen italiano, es normal que resalten las albóndigas, canelones, empanadillas, macarrones, panecillos, rissottos, o tallarines. Además, en cada una de ellas, aconsejan la cerveza apropiada en virtud del alimento a cocinar. E insertan diferentes consejos, de entre los cuales sugiero: Las copas de cerveza, de aspecto medieval, son perfectas para degustar cervezas trapenses y de abadía.

Pero donde uno puede sonreír, al tiempo de buscar alguna receta o admirar sus buenas ilustraciones, es con algún pensamiento (anónimo) como este: “Mientras bebas, no conduzcas. Podrías pillar un bache y desperdiciar tu cerveza”. Los hay para todo gusto de lectores o lectoras, machistas, feministas, de autores famosos, aunque yo me inclino por los anónimos: “A veces, cuatro buenas cervezas equivalen a una puesta de sol”. Otro: “Bebo cerveza cuando estoy feliz y cuando estoy triste. A veces la bebo en soledad, y la considero obligatoria cuando estoy en compañía. Cuando no estoy hambriento la bebo a sorbitos, y cuando tengo hambre a tragos. En el resto de casos, ni la toco; a no ser, claro, que tenga sed”.

El otro libro, Cervezas del Mundo, tiene muy buena presentación. Además del troquel de su portada, anunciando más de 350 cervezas, diferentes tipos y fábricas de todo el mundo; se precisa abrir un amoroso lazo, para adentrarnos en sus páginas, trescientas veinte, editadas por la multinacional Parragon, del Reino Unido, aunque el presente ejemplar de 2010 está impreso en China.

Es normal el titular, pero muy difícil catalogar todas las cervezas del planeta. Y siendo una edición europea, lo propio es que gran parte del trabajo de sus autores, David Kennig y Robert Jackson, se dedique a las cervezas de nuestro continente. Su introducción es breve, pero buena y pormenorizada; detalle que se agradece. Luego se entra a desgranar sus páginas, gustando el trato -sea cual fuere la marca seleccionada- otorgado a las especificaciones de cada cerveza: su fabricante, ubicación, estilo y color, graduación alcohólica, temperatura de consumo; adjunta asimismo un consejo de acompañamiento alimenticio.

También el país de referencia, conteniendo su bandera. Para nosotros dice: la cerveza es un refrescante acompañamiento de las tradicionales tapas, especialmente en los calurosos días de verano. Encuadra datos estadísticos, con producción, consumo per cápita, y cerveceras famosas. De España destaca cuatro: Cruzcampo, Estrella-Damm, Voll-Damm y San Miguel 1516, con sus correspondientes especificaciones.

Observo que las fotos, de nuestras marcas, tienen su relativa antigüedad; lo digo por el modelo de etiquetas que disponen sobre botella, cuando se hizo la foto. A su lado, atractivas copas e intuyo recomendadas por cada fabricante. Incluye también opiniones de experto catador, breves y concisas. Otras marcas, por lo dilatado que debe ser una obra de estas características, ya son historia, como la Henninger Export Classic, citando su desparecida factoría en Frankfurt del Main.

Me despido agradeciendo estos detalles recibidos, con un pensamiento anónimo: “Todo el mundo necesita algo en que creer. Yo creo que en un rato me tomaré una cerveza”. Disculpen los resaltados, pero es copia literal del original. Salud.