miércoles, 18 de enero de 2017

LA BIBLIOTECA EMPIEZA EN LA GUARDERÍA INFANTIL


Homenaje a Gloria Fuertes, poeta, en el centenario de su nacimiento.

Gloria Fuertes y los miembros del APA Guardería Laboral Nazaret (Vallecas) final de curso 1981/1982

Ahora que mis nietas son alumnas del Colegio Público “José Calvo Sotelo”,  
en el barrio madrileño que lleva el hermoso nombre de Pacífico, voy a relatar
a los lectores de este Blog cómo inauguramos la primera biblioteca en una
guardería laboral de Vallecas; hoy sigue activa en el Alto del Arenal, y ahora tiene Metro.

Gracias a un familiar por vía conyugal, hace casi cuarenta años, tuve oportunidad de entrar
en contacto con una serie de intelectuales; entre éstos conocí personalmente a Gloria
Fuertes cuando vivía en la moderna Avenida de Alberto Alcocer, al norte de Madrid.
Frecuenté en varias ocasiones su domicilio, disfrutando de buenas tertulias junto a un
religioso claretiano y poeta, compañeros que fueron ellos durante la bohemia madrileña de
los años cincuenta.


  

En nuestra casa de Vallecas, con Margarita (profesora de la Guardería Nazaret) Martín Portillo Belinchón,
miembro de la directiva del APA, Dori Hernández y Pedro Miguel Ortega Martínez. Verano de 1982.
 
A comienzos de los años ochenta, la asociación de padres de alumnos de un colegio, o de
una sencilla guardería laboral, se conocía por el APA. Y en ella participamos varias familias
que teníamos inclinación por las artes, las letras o cualquier otra manifestación cultural.
Siendo presidente de dicho grupo, les propuse hacer un concurso entre nuestros hijos, con la
participación de sus respectivos familiares: consistía en imprimir en blanco y negro un
personaje de la poesía infantil de Gloria Fuertes, distribuir a la salida de las clases con el
encargo de devolverlo coloreado y cumplido un breve cuestionario. Todos los participantes
tendrían premio seguro.

El personaje de Gloria Fuertes que propuse fue: “Coleta la poeta”, según el libro publicado
por la editorial Miñón, de Valladolid, en 1982, e ilustrado por un artista madrileño: Ulises
Wensell (1945-2011) La respuesta al tema propuesto por el APA  de entonces, ahora
AMPA, fue masiva; padres y madres de tan pequeños alumnos recorrieron bibliotecas y
librerías del barrio, indagando esta cuestión. Lógicamente los libros a la venta se agotaron y
quien no pudo hacerse con él dejaron que los chiquillos pintaran con cualquier color tan
simpático personaje literario. Las respuestas tampoco se completaron del todo, pero la
participación fue total. Y dada la modesta economía de un APA como aquella, y en esos
tiempos, se procuró un merecido premio a todos los críos con lápices y plastilinas de
colores.




Portada del libro elegido para averiguar un personje y el autor del mismo, Ulises Wensell con Gloria Fuertes 
en la Feria del Libro de Madrid 1979

Después reuní todos los impresos y se los llevé a Gloria Fuertes, quien a su vez los remitió
por mensajería –sin que yo lo supiera- a su editorial en Valladolid. Un tiempo después, la
Editorial Miñón nos hizo llegar una caja enorme de cuentos y libros impresos a orillas del
Pisuerga. Este detalle fue suficiente para que la dirección de la guardería nos cediera un
armario existente en uno de los pasillos de mucho paso, y entre sus anaqueles colocamos
aquellos libros. Entonces la siguiente pregunta era ¿cómo realizar el préstamo a tan
menudos lectores, sin estar en edad de leer todavía?

Resolví con un método muy sencillo, colgar por dentro de una de las puertas un cuaderno y
un bolígrafo; los familiares que retiraran cualquier libro debían apuntar su título, fecha y
filiación de quien hacía la retirada. Si aquel libro no volvía y se quedaba en casa de las
familias, el proyecto se había cumplido en gran parte. Posteriormente sería la gestión del
APA, con sus modestos fondos quien repondría los ejemplares, además de solicitar y recibir
del entonces Ministerio de Educación y Cultura una gran cantidad de ejemplares para todas
las edades que fuimos incorporando a tan original biblioteca.

Terminaba por tanto aquél curso en la Guardería Nazaret, entre 1981 y 1982, con un acto
donde asistió la propia Gloria Fuertes. Fuimos a buscarla a su casa y en coche la llevamos
hasta esa parte alta de Vallecas; para Gloria era una zona  desconocida pues ella recordaba
nuestro barrio obrero más por el Puente de Vallecas, con sus casas bajas de ladrillo y calles
muy estrechas.

Puedo confirmar que la asistencia de familias y niños fue numerosa, pues llenamos el
comedor infantil. Todos esperaban que Gloria interpretara su papel como hacía en el
programa de TVE “Un globo, dos globos, tres globos”, o nos relatara alguno de sus cuentos
infantiles –que alguno comentó- pero no fue así. Para sorpresa de toda la asistencia allí
tuvimos a la poeta Gloria Fuertes, como ella se consideraba: poeta de guardia. Auténtica 
 
Gloria que tenía entre sus manos uno de sus mejores libros: “Obras incompletas” una
edición preparada por la propia autora que había publicado Cátedra, cuya venta en papel
alcanzó la 10ª edición en 2006.


 


Placas del Ayuntamiento de Madrid en el barrio de Lavapiés donde nació Gloria Fuertes y en su casa de Alberto Alcocer.
 
Resultó la lectura de una recopilación de sus mejores versos -según los críticos
especializados- en los cuales habló del amor, la vida humana, el cotidiano sentir y palpitar
que dictaban a nuestra autora las claves de su mundo poético. En él respiraban sus gozos,
sus penas y sus esperanzas; ella supo ponerlos en verso y comprensible para sus lectores.

Hizo una poesía personal y popular a la vez, con unos rasgos que difícilmente caben
etiquetar y clasificar, tal como citó la editorial Espasa Calpe en su momento. En definitiva,
aquella tarde-noche de un sábado pre veraniego, muchos vallecanos conocimos que aquella
poeta nacida en Lavapiés tenía un corazón poético por el cual estaba vinculada al postismo y
el surrealismo de posguerra, pues supo combinar la pertinente crítica social de unos años
muy difíciles en España, con un humor tierno e irónico a la vez, abundando entre éstos un
lenguaje directo y coloquial que trasciende hasta nuestros días.

Cuando volvemos a reencontrarnos algunos de quienes formamos aquel APA, seguimos
recordando dicho acto cultural. Ahora ya han pasado nada menos que treinta y cinco años;
nuestra descendencia se ha convertido en hombres y mujeres responsables que nos han
llenado con el gozo de los nietos; mientras nos sigue latiendo por dentro la sonrisa que nos
regaló Gloria Fuertes, la mantenemos viva mediante este sencillo homenaje en su memoria,
siempre y más ahora cuando está a punto de cumplirse el centenario de su nacimiento. 




En 2016 la Cía. de aviación Norwegian bautizó uno de sus aviones de pasajeros, entre
otros personajes de la literatura española, con el nombre y figura de Gloria Fuertes.

¡Viento!, ¡oye!, ¡espera! ¡no te vayas!... (Gloria Fuertes)

Nota del autor: Entre los años 80 y 90 del pasado siglo, el Grupo Cruzcampo, mediante su distribuidor en la
capital, fue proveedor directo en el domicilio particular de la autora y poeta madrileña.
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