domingo, 5 de mayo de 2019

SAN MIGUEL 1957, sesenta y dos años en España.-

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Dicen que nunca es tarde, si la dicha es buena. Y no quería dejar pasar esta  oportunidad, cuando San Miguel
va para 62 años desde que inauguró su fábrica inicial a orillas del río Segre, en la preciosa capital de Lérida
donde siempre es un placer volver.

Celebramos en su factoría una reunión de coleccionistas, cuando la empresa había cumplido sus primeros 50
años. Después volvimos a la antigua Ilerda romana, para otra reunión de socios y desde aquí agradecer -una
vez más- las facilidades y amabilidad recibidas de su director de Relaciones Institucionales de Mahou San
Miguel; agradecidos por procurarnos siempre atenciones de la cervecera y así conocer todas las plantas que
dicha sociedad tiene repartidas por España.
De otra parte me complace comunicar a nuestros lectores que si desean encontrar en la Red de redes un 
detallado estudio sobre la historia empresarial de San Miguel, les recomiendo visitar el Blog: Coleccionismo 
Serigrafiadas, cuyo autor y bloguero es el profesor e historiador Luis Javier Calvo Angulo. En su blog 
encontrarán una minuciosa historia sobre los comienzos de San Miguel, cuyos fundadores viajaron desde 
nuestro país hasta Filipinas y allí emprendieron, en el barrio de San Miguel de Manila, la fabricación de una 
cerveza de calidad con vistas a su proyección internacional.

Si este comentarista fuese capaz de superar al citado autor, a su destacado trabajo de investigación dedicado a 
la marca San Miguel u otras marcas de cerveza, tal vez lo  intentaría pero no pasarían de ser unos modestos 
apuntes. De ahí que recomiende, al lector, o al investigador que quiera ampliar sus conocimientos sobre este 
tema, busque en la siguiente dirección: http://botellasserigrafiadas.blogspot.com

Dicho esto, para quienes somos gustosos de viajar entre los servidores españoles o extranjeros en Internet, lo
único que me he atrevido a recopilar es un breve reportaje gráfico que les acompaño. Mediante estas
imágenes, a mi entender, se obtiene cierta idea de cómo empezó a extenderse una marca de cerveza para
que la misma, en todos sus aspectos, diera a entender al posible cliente de su calidad en los productos
envasados: una publicidad igualmente de valor.

Conviene recordar aquellos comienzos, mediados los años 50, pues la cerveza era un bebida alimenticia y
refrescante para unos consumidores con algún poder adquisitivo. Su masiva producción hizo posible más
tarde alcanzara a todas las clases sociales, pero San Miguel siempre se distinguió por su calidad-precio y de
venta o consumo en prestigiosos locales de toda España: los coches restaurantes del ferrocarril, paradores,
hoteles de renombre, cruceros marítimos, líneas aéreas y una relación muy limitada de restaurantes para una
distinguida clientela.

Siguiendo la tradición de otras grandes cerveceras, San Miguel se aseguró del suministro de agua potable
gracias al cercano río Segre. Además también tuvo acceso del ferrocarril a sus instalaciones, llegando las vías
hasta las propias tolvas de sus silos de cereales. La data de sus comienzos es en 1957; para ese mismo año,
ya habían empezado la ampliación de sus instalaciones. Es decir vista la buena acogida del producto, la
empresa comenzó a ampliar de cara a un futuro asegurado por la expansión de sus ventas.




















Otro símbolo de prosperidad, a mi entender, la flota de vehículos y camiones que utilizaron para el 
transporte,distribución o venta de sus cervezas. Todos los coches eran de categoría y si nos fijamos en uno de 
sus camiones, la impresión que daba era de  fortaleza, portando una carga pesada de cajas de madera 
con botellas llenas de cerveza; posible impresión que los comerciales querían transmitir a sus clientes  Muy  
bueno, y sencillo a la vez, el desfile organizado por la empresa con su flota de vehículos comerciales 
apoyando eventos propios o en colaboración con la capital de su residencia.


En cuanto al material promocional me detengo también en la elegancia de su sencillez, tanto en los vasos o
copas, como en sus envases. Las botellas pirograbadas en la misma fábrica de vidrio, primero por iniciativa de
la cervecería La Segarra, siguieron conservando por poco tiempo el óvalo bordeado de espigas y lazos, que
después simularían ser etiquetas rectas, con un borde similar, más la banda cruzada con la nueva marca San
Miguel, de estilo Pilsener Cristal. También se mantuvo para Lager Superior, dicho óvalo bordeado con espigas
de cereales y conos de lúpulo. A modo de escudo general, el elegante emblema a doble circulo, con discreto
tamaño, de una espiga de cereal en floración.

También he conseguido otra foto, que se lleva muy pocos años con las anteriores. Fue la visita del
vicepresidente de San Miguel Corporation, Faustino Matilla y los tres ingenieros que llegaron desde Filipinas,
en 1966. En su honor un distinguido grupo del personal en la plantilla San Miguel Lérida, les ofrecieron una
comida entre cuyas bebidas tampoco faltaron nuestro clásicos: vino tinto con gaseosa “Casera” o agua seltz
en sifón.

Y como no podía ser menos, para celebrar su 60º Aniversario San Miguel en 2017, presentó en exclusiva
dentro del mercado en Cataluña, su producción “60 Feta a Lleida” mediante botella de tercio, con tres contra
etiquetas diferentes, la misma etiqueta en la parte principal, e idéntico collarín donde se hizo figurar sus datos
legales y el grado de 5,4% VOL. Para el envasado en lata, nada más encontré la misma bajo el lema: “60 anys
elaborant cervesa a Lleida”, con idéntico grado que en botellas y nada más una ilustración comercial en el
envase metálico. Les felicitamos en su citado aniversario, y que cumplan muchos más entre nosotros.
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