lunes, 3 de agosto de 2020

ALHÓNDIGA La revista de Granada. Nº21 Julio Agosto 2020

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Acuso recibo al nuevo ejemplar que me envía su directora, Ana Sánchez Álvarez, quien se 
supera en cada nueva edición. Si el anterior era bueno, éste no se queda atrás. Con el 
buen gusto, siempre, de captar la mirada de un posible lector ante el quiosco nada más ver 
la portada. Aunque no seamos curiosos, la foto que se ha colocado tan sabiamente nos 
capta sin remedio. Dentro, nos espera lo mejor de lo mejor. Enhorabuena.

Sigo con mi manía de viejo lector: el tacto, el peso de la publicación, el olor a buen papel. 
Lógicamente su gramaje confirma el contenido. Ana, como buena periodista, sigue 
agradando a sus lectores merced su Editorial, porque los hace breves y buenos. Si de bien 
nacidos es ser agradecidos, aquí queda demostrado nada más abrir sus páginas. Un 
detalle que no conviene dejar de tener en cuenta.

 


Entre las casi 60 páginas, el elenco de colaboradores que nos ilustran, educan, forman y 
nos cultivan en estos dos meses de calor, constituyen un rol de categoría: profesores, 
catedráticos, historiadores, autores, arquitectos, ponen a mucha altura una publicación de 
las características como ahora tengo entre mis manos. Además, con el tema relevante de 
La Alhambra, se evitan lecciones académicas, escritos doctorales o estudios técnicos que 
pueden resultar costosos de leer para quienes no somos duchos en tan complejas 
materias. Leer, es sinónimo de enriquecer. Si sencilla es la letra, mejor nos entra.

Como ya he citado en anterior ocasión, el precio de la revista es acorde para todos los 
bolsillos. Asequible, cuando hoy por hoy sabemos que los buenos trabajos se pagan. 
Aunque, eso sí, en la Cultura pueda parecer no tanto. Sin embargo, su directora, con un 
gran trabajo entre páginas y entre tantos días de labor desde un número hasta el siguiente, 
sabe construir este monumento impreso gracias a una discreta publicidad. ¡Y es que hasta 
su publicidad es muy bonita! Desde luego, la pasión que siente Ana Sánchez por su capital 
imperial, no puede quedar mejor demostrada. Es menester una labor de filigrana árabe y 
ganchillo andaluz, para que una publicación tan buena aparezca cada dos meses en los 
quioscos. Gracias por la parte que me corresponde.

 

No me gustaría destacar a un autor, o autora, de entre los demás cuyos trabajos he leído. 
Son buenos, pero bien buenos, como son de interesantes sus colaboraciones expuestas. 
Les une cierto arraigo andaluz que sienten sobre una antigua ciudad capital del reino 
nazarí. Con sus estudios he aprendido muchísimo, tanto de arte, como de historia, porque 
reflejan que no debemos perder ningún interés en apreciarnos más, un poco más cada día. 
Granada se sostiene porque se sujeta sobre los pilares de una gran civilización posterior al 
Impero Romano, y todo aquello deberíamos de conservarlo, de promocionarlo, con el 
orgullo y un amor que nos merecemos por nuestra propia y tan variada identidad. Lo copio 
de algún autor, pero cuyo nombre no recuerdo: “No nos queremos lo suficiente”.

 

Y aquí se demuestra una buena labor, mediante los espléndidos trabajos publicados, las 
fotos que nos ilustran sabiamente, según Ana y sus colaboradores están en esa misión de 
querer aún más cuanto vemos a nuestro alrededor, habitualmente, con toda normalidad. Yo 
que he trabajado desde bien mozo para una empresa andaluza, corroboro cuando llegaron 
a Castilla La Nueva lo mucho que aprendí de ellos. De Andalucía partieron unos cuantos 
emprendedores, circunnavegaron el mundo, y después de quinientos años me parece no lo 
hemos celebrado como merecían. Muchos desconocíamos el acertado deseo de nuestros 
Reyes Católicos, de descansar para siempre en el corazón de Granada. Y el por qué dicho 
fruto aparece abierto en el escudo de España. Eso nos falta a muchos: abrir nuestro 
corazón a lo propio. ALHÓNDIGA, cada dos meses nos gana.

 
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