Y al igual que todos, uno sigue con esa misma ilusión del principiante. En especial cuando viene a parar a mis manos un excelente regalo, tal como fue el detalle de la cervecera burgalesa San Miguel. Destacar también, contra ese posible egoísmo que puede invadir a cualquiera, el gesto de haber recibido todos los asistentes en la Convención de Burgos dos excelentes libros: DE REYES Y GERREROS. San Miguel, 40 años de historia; y GENÓ: Un poblado del Bronce Final en el Bajo Segre (Lleida).
Desde luego, no me duelen prendas confesar a ustedes mi auténtico disfrute, como buen amante que soy de Historia (inclusive la industrial), con el primer libro. Del segundo, una investigación histórica científica de fabulosa arqueología, impresa para estudiosos en la materia, gracias al mecenazgo de nuestra distinguida empresa anfitriona en Burgos.
DE REYES Y GUERREROS, que así dice su hermoso título, me gustaría poder hablar si yo no fuera curioso interesado de cualquier materia técnica e histórica en las empresas cerveceras de nuestro país. Pero me confieso débil, y por tanto pecador, cuando he de resaltar que publicaciones de esta categoría las echamos todos en falta. De sobrasabemos que las editoras catalanas gozan de mucho prestigio, dentro y fuera de nuestras fronteras. Y aquí he de constatar la primorosa edición realizada por Ediciones P.A.U. en el año 1997. Más de 150 páginas que realzan el prestigio de la marca San Miguel. Desde sus orígenes en Filipinas, a los predios de la vieja Ilerda romana (hoy Lleida), pasando por Málaga y Burgos, ha quedado reflejada su historia industrial, comercial, profesional, humana. Todo esto, ilustrado con fotos, anuncios, y el agradecimiento final… hizo posible que su leyenda tomara cuerpo.
GENÓ: Un poblado del Bronce Final en el Bajo Segre (Lleida), es como les decía el resultado de una colaboración entre la industria patrocinadora y la Universitat de Barcelona. Un generoso libro, con más de 260 páginas, editado también en Cataluña por el año 1998, que nos adentra en las excavaciones realizadas por el profesor de prehistoria José L. Mayá González y su equipo de colaboradores. En concreto el poblado de Genó fue descubierto en abril de 1955, y las sucesivas excavaciones propiciaron el descubrimiento de los datos actualmente más antiguos conocidos en Europa sobre elaboración de la cerveza. Como puede suponer el amable lector, este tipo de estudio científico viene acompañado de multitud de láminas, fotos, dibujos, donde se da cuenta pormenorizada de los elementos arqueológicos más destacados. Desde tinajas para fermentación, o contenedores de cereales, hasta un trabajo final titulado: La cerveza prehistórica: investigaciones arqueobotánicas y experimentales, todo se ha editado con un lujo propio de las dos entidades colaboradoras. Se demuestra así una viable cooperación, tan necesaria, más propio de países extranjeros, entre la Universidad y nuestra industria… por ser ambas relativamente cercanas en Ciencias.
Para terminar, y en la misma onda de los patrocinios cerveceros, he encontrado un ejemplar titulado LA COCINA DE JAÉN Y OTRAS COSAS. Si bien puede llamar un poco cierta atención, no les sorprendo si les digo que este volumen de más de 250 páginas, tamaño bolsillo, se editó por el Fondo de Publicaciones S.A. El Alcázar, en el año 1988. Su autora, Manuela García Ortega, nos dice en su prólogo a esta segunda edición, de la intención con que empezó a “coleccionar” recetas de cocina, principalmente en su familia, para después transmitir a sus hijos. Evidentemente luego siguió la indagación por pueblos de la provincia jienense, hasta recopilar 434 recetas repartidas en XVII capítulos y un epílogo. Como cabe imaginar, la pipirrana y el gazpacho, las espinacas esparragadas, el bacalo en yema, o la perdiz en escabeche, no resultan pero nada prohibitivas para cualquier dieta… siempre que se acompañen todo esos distinguidos platos con una excelente copa de rica y fresca cerveza. Bien es verdad que, en todas las ilustraciones de tan suculentos platos, aparece la marca del castillo de Jaén, su Alcázar. Para mí este genuino detalle, me abre el apetito. Y me reitero una vez más, nuestra historia, nuestra gastronomía, nuestra cerveza… desde siempre las mejores.